Introducción:
Vamos a definir la violencia Intrafamiliar como aquella violencia que
tiene lugar dentro de la familia, ya sea que el agresor comparta o haya
compartido el mismo domicilio, y que comprende, entre otros,
violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual.
Entendemos que la violencia doméstica es un modelo de conductas
aprendidas, coercitivas que involucran abuso físico o la amenaza de
abuso físico. También puede incluir abuso psicológico repetido, ataque
sexual, aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o
coerción económica.
Hay autores que señalan que la violencia Intrafamiliar se
da básicamente por tres factores; uno de ellos es la falta de control
de impulsos, la carencia afectiva y la incapacidad para resolver
problemas adecuadamente; y además en algunas personas podrían aparecer
variables de abuso de alcohol y drogas.
El niño y la niña golpeados
Todos sabemos que siempre es triste y doloroso arrastrar la vida
cuando no se recibió amor, sobre todo de los padres durante la niñez.
Todo el que ha estudiado siquiera un poco al ser humano, le va a decir
que los cinco primeros años de la vida dejan una marca imborrable
para toda la vida, para bien o para mal. Por eso, el privar a un niño
de amor es como privar de fertilizante a un árbol que empieza a
crecer, pero el golpearlo es como echarle veneno, lo va a terminar de
matar psicológicamente y emocionalmente, o mejor va a crecer herido de
muerte. Pero hay golpes y golpes, algunos golpes sacan sangre o dejan
morados, incluso un mal golpe puede producir la muerte, pero hay otros
mas sutiles que no se ven, pero que se graban a fuego lento no sólo en
mente sino en la identidad de ese niño o de esa niña. Se graban en su
"yo", y los frutos de estos golpes emocionales se van a ver después
en sus relaciones con personas significativas y en su relación con el
mundo.
Me gustaría hablar un poco más detalladamente de esos
golpes, que solamente los ven o los oyen quienes los dan, aunque no
piensen en las consecuencias futuras y terribles que van a traer en
sus hijos.
Está claro, que cuando se repiten los golpes físicos, pero
sobre todo los psicológicos o emocionales, se va agotando el amor.
Nosotros los adultos sabemos como duele el silencio, tal vez más que
las palabras ofensivas. Ese silencio es el peor de los castigos, ahora
imagínese a un niño que no ha hecho nada y no se le habla, y no se le
abraza y acaricia, cómo se va conformando su identidad...pensemos en
eso.
¿Han pensado en el daño que hacen a sus hijos, posiblemente muchas
veces sin darse cuenta, cuando en lugar de relacionarse con sus hijos
pequeños están preocupados del trabajo, con la limpieza, etc., en
forma obsesiva y perfeccionista la casa? Son golpes lentos que van
formando defectuosamente la escultura de su hijo.
Silencio y ausencia, cuando se reprocha al hijo los
pequeños errores pero cierras tu corazón y tu boca cuando hace algo
bien. Por, ejemplo, cuando el niño empezó el kinder e hizo un dibujo,
que pudo ser cuatro rayas cruzadas, pero que para él era una obra de
arte, en lugar de abrazarlo o alabarlo, guardaste silencio. Con ello
se produce en el hijo que aprenda a ver sólo los errores, pero no lo
bueno que hay en sus personas.
Todos estos golpes emocionales y psicológicos, hacen tanto daño en
la niñez porque el niño o la niña no sabe defenderse; su mente apenas
empieza a desarrollar lentamente ciertos mecanismos de defensa para
poder filtrar y analizar lo que ve y oye. Su mente es como una
esponja: recibe todo. No tiene capacidad para decir esto es verdad o
no es verdad, lo que dicen es justo o injusto. Por eso los
mensajes-golpes son como olas gigantescas que llegan sin control a lo
más profundo de ese ser indefenso. Pero que distinta es la niñez y el
futuro de sus hijos cuando ellos palpan el amor entre su padre y su
madre, cuando ellos desde pequeños ven que su madre recibe con un
beso, un abrazo al padre que llega del trabajo, o cuando el padre
viene con un ramo de flores para su esposa o le da un beso a su
esposa. Son detalles que se van grabando en el alma de los niños, que
van modelando su personalidad, que van llenando de amor ese
tanque-corazón. Créame, esa será la mejor herencia que podrá dejar a sus
hijos.
Las causas de la codependencia
En todas las familias existe cierta disfuncionalidad en mayor o menor
grado. A menudo las personas codependientes han sido objeto de algún
tipo de abuso físico o verbal, o sufrieron el abandono de uno de sus
padres o de ambos, ya sea físico o emocional.
El codependiente busca alivio en alguna adicción para
"anestesiarse" ante su dolor. A veces lo hace a través de relaciones
personales disfuncionales y muchas veces dañinas; o mediante
adicciones al dinero, el sexo, la ira, las drogas, la bebida, etc. El
codependiente está atado a lo que le sucedió en su familia de origen y
se siente internamente torturado por ello, aunque la mayoría de las
veces no se da cuenta de lo que le está sucediendo.
Cada uno de nosotros tenemos una necesidad innata de
recibir amor. A esta necesidad la podemos llamar "el tanque del amor".
Al nacer el niño, ese tanque está vacío. Si los padres son personas
emocionalmente sanas cuyos tanques de amor están llenos, pueden llenar
el tanque de sus hijos y estos crecerán y se desarrollarán
psicológicamente sanos. Sin embargo, si uno de los padres o ambos no
tenían lleno su propio tanque, lo más probable es que el niño no reciba
suficiente amor porque su padre o su madre no lo tuvieron para darlo.
Esta falta de amor deja cicatrices en el alma de los niños que llevan a
ciertos comportamientos disfuncionales en la adultez, como la
codependencia. El codependiente no puede dar lo que no recibió, por lo
tanto, la codependencia se convierte en un círculo vicioso que
continúa de generación en generación si no se busca ayuda
psicológica.
Los niños de familias disfuncionales crecieron sin haber escuchado
mensajes importantes de sus padres tales como ; "eres muy inteligente",
"estás haciendo un buen trabajo" o "gracias mi amor, agradezco mucho
tu ayuda." Debido a ello al crecer se sienten abandonados, tienen baja
autoestima y buscan la aprobación de otras personas para sentirse
mejor consigo mismos. A veces su hambre de amor y aprobación son tan
grandes al llegar a la adolescencia o la adultez, que están dispuestos
a soportar cualquier cosa, con tal de recibir aunque solo sean
"migajas" de cariño y atención.
Dinámica de la VIF:
Al principio de la mayoría de las relaciones es muy difícil
que aparezca la violencia. Durante este período se muestra un
comportamiento positivo. Cada miembro de la pareja muestra su mejor
faceta. La posibilidad de que la pareja termine es muy alta si
ocurriera algún episodio de violencia.
FASE 1. ACUMULACIÓN DE TENSION
La dinámica de la violencia Intrafamiliar existe como un ciclo, que pasa por tres fases:
- A medida que la relación continúa, se incrementa la demanda así como el stress.
- Hay un incremento del comportamiento agresivo, más
habitualmente hacia objetos que hacia la pareja. Por ejemplo, dar
portazos, arrojar objetos, romper cosas.
- El comportamiento violento es reforzado por el alivio de la tensión luego de la violencia.
- La violencia se mueve desde las cosas hacia la pareja y puede haber un aumento del abuso verbal y del abuso físico.
- La pareja intenta modificar su comportamiento a fin de
evitar la violencia. Por ejemplo: mantener la casa cada vez más limpia,
a los chicos más silenciosos, etc.
- El abuso físico y verbal continúa.
- La mujer comienza a sentirse responsable por el abuso.
- El violento se pone obsesivamente celoso y trata de
controlar todo lo que puede: el tiempo y comportamiento de la mujer
(cómo se viste, adónde va, con quién está, etc.)
- El violento trata de aislar a la víctima de su familia y
amistades. Puede decirle, por ejemplo, que si se aman no necesitan a
nadie más, o que los de afuera son de palo, o que le llenan la cabeza,
o que están locos etc.
Esta fase difiere según los casos. La duración puede ser de
semanas, días, meses o años. Se va acortando con el transcurrir del
tiempo.
FASE 2. EPISODIO AGUDO DE VIOLENCIA
- Aparece la necesidad de descargar las tensiones acumuladas
- El abusador hace una elección acerca de su violencia.
Decide tiempo y lugar para el episodio, hace una elección consciente
sobre qué parte del cuerpo golpear y cómo lo va a hacer.
- Como resultado del episodio la tensión y el stress
desaparecen en el abusador. Si hay intervención policial él se muestra
calmo y relajado, en tanto que la mujer aparece confundida e histérica
debido a la violencia padecida.
FASE 3. ETAPA DE CALMA, ARREPENTIMIENTO O LUNA DE MIEL
- Se caracteriza por un período de calma, no violento y de muestras de amor y cariño.
- En esta fase, puede suceder que el golpeador tome a su
cargo una parte de la responsabilidad por el episodio agudo, dándole a
la pareja la esperanza de algún cambio en la situación a futuro.
Actúan como si nada hubiera sucedido, prometen buscar ayuda, prometen
no volver a hacerlo, etc.
- Si no hay intervención y la relación continúa, hay una
gran posibilidad de que la violencia haga una escalada y su severidad
aumente.
- A menos que el golpeador reciba ayuda para aprender
métodos apropiados para manejar su stress, esta etapa sólo durará un
tiempo y se volverá a comenzar el ciclo, que se retroalimenta a sí
mismo.
Luego de un tiempo se vuelva a la primera fase y todo comienza otra vez.
El hombre agresor no se cura por sí solo, debe tener un
tratamiento. Si la esposa permanece junto a él, el ciclo va a comenzar
una y otra vez, cada vez con más violencia.
Personalidad del maltratador:
Los agresores suelen venir de hogares violentos, suelen
padecer trastornos psicológicos y muchos de ellos utilizan el alcohol y
las drogas lo que produce que se potencie su agresividad. Tienen un
perfil determinado de inmadurez, dependencia afectiva, inseguridad,
emocionalmente inestables, impaciente e impulsivos.
Los agresores trasladan habitualmente la agresión que han acumulado en otros ámbitos hacia sus mujeres.
Maltratador, frecuentemente es una persona aislada, no
tiene amigos cercanos, celoso (celotipia), baja autoestima que le
ocasiona frustración y debido a eso se genera en actitudes de
violencia.
Una investigación de los psicólogos norteamericanos, el Dr. John
Gottman y Dr. Neil Jacobson. Señalan que los hombres maltratadores caen
en dos categorías: pitbull y cobra, con sus propias características
personales:
Pit bull:
- Solamente es violento con las personas que ama
- Celoso y tiene miedo al abandono
- Priva a pareja de su independencia
- Pronto ora, vigilar y atacar públicamente a su propia pareja
- Su cuerpo reacciona violentamente durante una discusión
- Tiene potencial para la rehabilitación
- No ha sido acusado de ningún crimen
- Posiblemente tuvo un padre abusivo.
Cobra:
- Agresivo con todo el mundo
- Propenso a amenazar con cuchillos o revólveres
- Se calma internamente, según se vuelve agresivo
- Difícil de tratar en terapia psicológica
- Uno depende emocionalmente de otra persona, pero insiste que su pareja haga lo que él quiere.
- Posiblemente haya sido acusado de algún crimen
- Abusa de alcohol y drogas.
El pitbull espía a su mujer, es celópata, cae bien a todas
las personas, excepto a sus novias o esposas. El cobra es un
sociópata, frío, calculador, puede ser cálido. El maltrato no cesa por
sí solo.
Después de que la mujer ha sido físicamente maltratada y tiene
miedo, a veces cesa este tipo de abuso y lo reemplaza con un constante
maltrato psicológico, a través del cual le deja saber a su víctima,
que el abuso físico podría continuar en cualquier momento.
En ocasiones la violencia del maltratador oculta el miedo o
la inseguridad, que sintió de niño ante un padre abusivo que lo
golpeaba con frecuencia, al llegar a ser un adulto prefiere adoptar la
personalidad del padre abusador a sentirse débil y asustado. En otros
casos, los comportamientos ofensivos son la consecuencia de una niñez
demasiado permisiva durante la cual los padres complacieron al niño
en todo. Esto lleva al niño a creerse superior al llegar a ser un
adulto y a pensar que él está por encima de la ley. O sea, que puede
hacer lo que quiera y abusar de quien quiera. Piensa que se merece un
trato especial, mejor que el que se les da a los demás.
La violencia doméstica no siempre resulta fácil de definir o
reconocer. En términos generales podríamos designarla como el uso
deliberado de la fuerza para controlar o manipular a la pareja o al
ambiente más cercano.
Se trata del abuso psicológico, sexual o físico habitual.
Sucede entre personas relacionadas afectivamente, como son marido y
mujer o adultos contra los menores que viven en un mismo hogar.
La violencia doméstica no es solamente el abuso físico, los
golpes, o las heridas. Son aún más terribles la violencia psicológica
y la sexual por el trauma que causan, que la violencia física, que
todo el mundo puede ver. Hay violencia cuando se ataca la integridad
emocional o espiritual de una persona.
La violencia psicológica se detecta con mayor dificultad.
Quien ha sufrido violencia física tiene huellas visibles y puede
lograr ayuda más fácilmente. Sin embargo, a la víctima que lleva
cicatrices de tipo psicológicas le resulta más difícil comprobarlo.
También lo dificulta, por ejemplo, la habilidad manipuladora de su
esposo que presenta a su esposa como exagerada en sus quejas o
simplemente como loca..
A la violencia física precede, a veces, años de violencia
psicológica. La violencia psicológica es, despreciar a la mujer,
insultarla de tal manera, que llega un momento en que esa mujer
maltratada psicológicamente, ya cree que esos golpes se los merece. Y
qué difícil es convencer a una mujer de que vaya a pedir auxilio
cuando cree que no lo necesita.
Hay mujeres que se avergüenzan por lo que les sucede y que
hasta se creen merecedoras de los abusos. Por eso prefieren
mantenerlos en secreto y así esa situación puede prolongarse durante
años. Los que maltratan a sus víctimas lo hacen de acuerdo a un patrón
de abuso psicológico.
Igual que en el caso del alcohólico, el que golpea a una mujer o la
maltrata psicológica o sexualmente, lo primero que hará es negarlo.
Negación es decir: "No, es que yo le pego con razón". No
hay ninguna razón para golpear a una mujer, ni a nadie. Pero lo
niegan. Dicen: "Yo no la he golpeado, yo no le hecho nada, sólo
tocarla".
Otra forma de abuso psicológico es el aislamiento, en que
le hacen el vacío a la mujer, ni le hablan, ni la miran y entonces
ella se va creyendo que se merece ese trato.
La intimidación es también un abuso. "Si dices algo te
mato." Muchas mujeres no se atreven a hablar, por las amenazas que sus
maridos o sus compañeros lanzan contra ellas.
Tanto el adicto a cualquier droga como el abusador, siempre tienen excusas y le echan la culpa a alguien.
También dentro de ese hábito de abuso psicológico está el abuso económico. "Si dices algo no te voy a dar la mensualidad".
Dentro de ese abuso psicológico de los maridos que golpean
(lo que se llama en psicología la triangulación), hay otro tipo de
abuso: utilizar a los hijos para hacerles sentir culpables a las
esposas. En este caso los hijos sirven de mensajeros: "dile a tu madre
que..."
Las amenazas a través de los hijos, las amenazas de que le
van a quitar al hijo, todos estos son abusos psicológicos que preceden
al abuso físico.
Todos estos abusos impiden que la mujer deje el hogar, ese
hogar violento. Es que esa violencia psicológica a que están sometidas
muchas mujeres, es más horrorosa que el abuso físico. Pregúntele a
cualquier mujer a la cual han maltratado físicamente qué es lo que le
duele más; si las palabras hirientes, los desprecios o los golpes. Los
golpes se pasan, los abusos psicológicos, los insultos, los
desprecios se clavan en el corazón.
Manifestaciones de violencia psicológica:
a) Abuso verbal: Rebajar, insultar, ridiculizar, humillar, utilizar juegos mentales e ironías para confundir, etc.
b) Intimidación: Asustar con miradas, gestos o gritos. Arrojar objetos o destrozar la propiedad.
c) Amenazas: De herir, matar, suicidarse, llevarse a los niños.
d) Abuso económico: Control abusivo de
finanzas, recompensas o castigos monetarios, impedirle trabajar aunque
sea necesario para el sostén de la familia, etc.
e) Abuso sexual: Imposición del uso de
anticonceptivos, presiones para abortar, menosprecio sexual,
imposición de relaciones sexuales contra la propia voluntad o
contrarias a la naturaleza.
f) Aislamiento: Control abusivo de la
vida del otro, mediante vigilancia de sus actos y movimientos, escucha
de sus conversaciones, impedimento de cultivar amistades, etc.
g) Desprecio: Tratar al otro como inferior, tomar las decisiones importantes sin consultar al otro.
PRIMERA:PARTE DEL ARTICULO.
PSICOLOGA:PAOLA SILVA F.